La genealogía y el ADN se complementan de varias formas, según el tipo de prueba genética que se realice y el objetivo que se persiga. Aquí hay un resumen de las principales aplicaciones de la genealogía genética:
El cromosoma Y se transmite de padre a hijo varón, siguiendo la misma línea que el apellido paterno. Por lo tanto, se puede usar para confirmar o descartar el origen común de dos personas con el mismo apellido, o para averiguar a qué grupo genético humano pertenecen sus antepasados paternos.
El ADN mitocondrial (ADNmt) se transmite de madre a hijo, tanto varones como mujeres, siguiendo.
En general, se pueden obtener las siguientes estimaciones:
Con el cromosoma Y, se puede rastrear la línea paterna directa hasta unos 25 generaciones atrás, es decir, unos 600 años.
Con el ADN mitocondrial, se puede rastrear la línea materna directa hasta unas 22 generaciones atrás, es decir, unos 550 años.
Con el ADN autosómico, se puede estimar el grado de parentesco con los antepasados hasta unas 10 generaciones atrás, es decir, unos 250 años. Sin embargo, el ADN autosómico se recombina en cada generación, por lo que la cantidad de ADN que se hereda de un antepasado específico disminuye con el tiempo. Por ejemplo, se hereda aproximadamente el 50% del ADN de cada padre, el 25% de cada abuelo, el 12.5% de cada bisabuelo, y así sucesivamente. Después de unas 5 o 6 generaciones, es posible que no se herede ningún ADN de algunos antepasados.
Estas son solo aproximaciones basadas en la media, ya que el ADN que se hereda de los antepasados puede variar según el azar y otros factores. Además, la genealogía genética no puede reemplazar a la genealogía documental, sino que debe complementarla con otras fuentes de información. a línea materna directa. Se puede usar para conocer el origen geográfico y étnico de los antepasados maternos, o para encontrar coincidencias con otras personas que comparten el mismo ADNmt.
El ADN autosómico se transmite de ambos padres a sus hijos, pero se recombina en cada generación, por lo que solo se conserva una parte de cada antepasado. Se puede usar para estimar el grado de parentesco entre dos personas, o para obtener una estimación de la procedencia étnica de los antepasados basada en la comparación con poblaciones de referencia.
Estos son los tipos de pruebas de ADN más utilizados en la genealogía, pero hay otros más específicos, como el ADN-X o el ADN-Y-STR, que pueden servir para resolver casos particulares. La genealogía genética puede ayudar a revelar la ascendencia y las relaciones familiares de una persona, pero también puede presentar sorpresas o contradicciones con la genealogía documental. Por eso, es importante tener una mente abierta y contrastar los resultados con otras fuentes de información.
En teoría, si se pudiera obtener el ADN de un ancestro paterno de hace 25 generaciones, se podría comparar con el de otros descendientes de esa misma línea paterna, y así reconstruir el árbol genealógico hasta 25 generaciones más atrás. Esto supone que se conozca la identidad del ancestro y que se tenga acceso a sus registros genealógicos, así como a los de sus posibles parientes.
Sin embargo, en la práctica, esto es muy difícil de lograr, por varias razones:
La conservación del ADN de los antepasados depende de las condiciones ambientales, como la temperatura, la humedad, la luz, el oxígeno, los microorganismos, etc. El ADN se degrada con el tiempo, y puede ser contaminado o dañado por agentes externos.
La obtención del ADN de los antepasados requiere el permiso y la colaboración de las instituciones o los individuos que custodian las muestras, como los museos, las iglesias, los cementerios, los familiares, etc. Esto puede implicar cuestiones legales, éticas, religiosas, culturales, etc.
La comparación del ADN de los antepasados con el de otros descendientes requiere la existencia y el acceso a bases de datos genealógicas que contengan información sobre el cromosoma Y de las personas que comparten el mismo apellido o el mismo origen geográfico. Estas bases de datos pueden ser limitadas, incompletas, inexactas o privadas.
La resolución y la precisión de las pruebas genéticas dependen del tipo y el número de marcadores que se analicen en el cromosoma Y. Cuantos más marcadores se analicen, mayor será la capacidad de distinguir entre individuos y familias, pero también mayor será el costo y la complejidad del análisis.
Por lo tanto, la respuesta corta es que, en la actualidad, es muy improbable que se pueda rastrear la línea paterna directa hasta 50 generaciones atrás, es decir, unos 1200 años, solo con el ADN del cromosoma Y. Sin embargo, la ciencia y la tecnología avanzan rápidamente, y quizás en el futuro se puedan superar algunos de estos obstáculos.