Academia Venezolana de Genealogía, INC.

Genealogía (del latín genealogia, genos en griego, γενεά, genea: raza, nacimiento, generación, descendencia + logos λόγος, logia: ciencia, estudio) también conocida como historia familiar, es el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una persona o familia.

Academia Venezolana de Genealogía

La Academia Venezolana de Genealogía es un grupo de amigos genealogistas con amplia experiencia, que hemos tomado la iniciativa de formar una asociación privada, apolítica y sin fines de lucro, fuera del alcance del trasfondo politico, económico, ideológico y legal que afecta a muchas instituciones en Venezuela. Somos un grupo de multiples profesiones, apolíticos, unos apasionados y estudiosos de la genealogía venezolana con varias décadas de investigaciones con carácter científico, tanto locales como en sus diversas ramificaciones ascendentes en Europa. Queremos ofrecernos a participar activamente en las reuniones de las diferentes Academias, Asociaciones, Sociedades e Instituciones del mundo, dedicadas a la genealogía.
Tenemos nuestra página web que se identifica con http://www.avegen.org. Donde expondremos los trabajos de nuestra Academia. Esta empresa que hemos fundado sin fines de lucro, la formamos con 30 miembros fundadores, con participación eficiente, donde iremos incorporando a nuevos colaboradores como miembros de número una vez demostrado sus conocimientos en genealogía con los trabajos que ellos presenten.
Nos gustaría compartir con ustedes en reuniones online via zoom de nuestro grupo y el de ustedes,donde puedan ser un lugar de encuentro de los genealogistas de todo el orbe y compartir los trabajos de nuestros miembros. La genealogía con estas nuevas herramientas de comunicación nos pueden ayudar a tener un mejoramiento continuo en los trabajos finales del implexo genealogico de nuestros miembros y el de los miembros de otras agrupaciones de genealogistas. En los casos que podamos tener presencia en sus paises nos gustaria asistir y participar en las diferentes reuniones internacionales.
Nosotros no hacemos trabajos a terceros como Academia y exigimos
a nuestros miembros un comportamiento etico ante el mundo y las
personas con quien traten.
Nuestra Academia no se formo con acciones preferidas o de ningun tipo, no tenemos bienes algunos que puedan tener algun interes financiero, compartimos estudios de nuestros miembros, pero no nos responsabilizamos de su contenido y si alguna persona hace un comentario para corregir algun escrito ya sea miembro o externo, pediremos la fuente que acredita dicho cambio para que nuestro miembro autor haga los arreglos respectivos.
Quedamos para cualquier apoyo y participación que podamos darles sobre la genealogía venezolana.
La genealogía implica investigar y rastrear la ascendencia y descendencia de las personas. A medida que exploramos nuestros antepasados, es importante considerar aspectos éticos y de privacidad.
Al interactuar con otros investigadores genealógicos, debemos respetar la confidencialidad y la privacidad de la información que compartimos.
Además, al publicar o compartir datos genealógicos, debemos ser conscientes de cómo afecta a las personas vivas y respetar sus derechos.
Ética en General:
La ética se ocupa del comportamiento humano y las relaciones personales. Examina nuestras decisiones diarias y cómo afectan a los demás.
Aristóteles, en su obra “Ética a Nicómaco”, reflexionó sobre la felicidad, la virtud y la naturaleza humana. Diferenció entre fines útiles (como medios) y el fin último.
En resumen, la genealogía nos brinda una ventana al pasado, pero debemos abordarla con sensibilidad y respeto hacia las personas y su historia.
Publicar información genealógica conlleva una serie de responsabilidades éticas importantes para garantizar el respeto, la privacidad y la integridad de las personas y datos involucrados. Nuestras normas éticas claves para la publicación de información genealógica: Normas Éticas para la Publicación de Información Genealógica 1. **Consentimiento Informado**: Obtener el consentimiento informado de las personas antes de publicar cualquier información genealógica que las involucre. Es crucial explicar claramente cómo se utilizará la información y obtener la aprobación explícita para su publicación. 2. **Protección de la Privacidad**: Respetar la privacidad de las personas vivas y proteger la información confidencial de sus antepasados. Evitar revelar detalles sensibles que puedan afectar la seguridad o intimidad de los individuos mencionados. 3. **Veracidad y Precisión**: Publicar información genealógica precisa y veraz, respaldada por evidencia sólida y documentación confiable. Evitar la difusión de datos no verificados o conjeturas sin fundamentos. 4. **Transparencia en la Fuente**: Citar adecuadamente las fuentes de la información genealógica publicada, proporcionando referencias claras que permitan la verificación de los datos y la trazabilidad de la investigación realizada. 5. **Respeto por el Derecho de Autor**: Respetar los derechos de autor y propiedad intelectual al publicar información genealógica que incluya material protegido por ley. Obtener permiso de los titulares de los derechos antes de compartir contenido protegido. 6. **Evitar la Sensacionalización**: Abstenerse de utilizar la información genealógica con fines sensacionalistas o perjudiciales. Mantener un enfoque respetuoso y ético al presentar los hallazgos genealógicos, considerando el impacto emocional en las personas involucradas. 7. **Corrección de Errores**: Corregir cualquier error o inexactitud detectada en la información publicada de manera oportuna y transparente. Asumir la responsabilidad por los errores y proporcionar las rectificaciones necesarias. 8. **Protección de Menores**: Garantizar la protección de la identidad y privacidad de los menores en la información genealógica publicada, evitando revelar detalles que puedan comprometer su seguridad. 9. **Respeto por las Preferencias de Privacidad**: Respetar las preferencias de privacidad de las personas mencionadas en la información genealógica, especialmente en lo que respecta a la divulgación de datos sensibles o personales. 10. **Promover el Aprendizaje y el Intercambio**: Fomentar el aprendizaje, la colaboración y el intercambio de información genealógica de forma constructiva y enriquecedora, contribuyendo al avance y la difusión del conocimiento genealógico de manera ética y responsable. Al seguir estas normas éticas al publicar información genealógica, los genealogistas pueden contribuir a promover una práctica respetuosa, transparente y responsable en el ámbito de la genealogía, fortaleciendo la confiabilidad y credibilidad de sus investigaciones.
Si alguno de nuestros miembros no cumple con nuestras normas éticas, la Junta Directiva considerara la suspension o retiro del miembro que incumpla y dejara de pertenecer a este grupo de amigos genealogistas.
Junta Directiva


Genealogía

¿Para qué sirve la Genealogía? La primera respuesta es que sirve para ayudarnos en el estudio de los parentescos y para el mejor conocimiento de la historia de las familias. Pero indudablemente tiene otras muchas aplicaciones: la genealogía permite esclarecer cuestiones referentes a política, religión, sociedad, cultura, acciones individuales o corrientes colectivas, hechos, creencias y mentalidades y, especialmente, la comprensión de las estructuras de poder. Cuando la genealogía está realizada con documentación y metodología científica, nos puede ofrecer millares de datos que nos ayuden a aclarar cuestiones de los más variados temas.
La genealogía es una disciplina tradicionalmente considerada como una de las ciencias auxiliares de la historia, juntamente con otras muchas, como la heráldica, la sigilografía, la numismática, la paleografía o la diplomática, aunque últimamente se viene adoptando para todas ellas una nueva denominación, la de ciencias instrumentales. Su valor, además, ha venido a cobrar en las últimas décadas un nuevo auge por la dedicación a ella de muchos historiadores tradicionalmente ajenos a su estudio. Todo ello ha conducido a una cierta renovación, tanto en sus objetivos como en su metodología, lo que ha llevado a la historiografía a plantearse su nuevo posicionamiento en el contexto de las tendencias más novedosas de la investigación histórica. La genealogía es una disciplina tradicionalmente considerada como una de las ciencias auxiliares de la historia, juntamente con otras muchas, como la heráldica, la sigilografía, la numismática, la paleografía o la diplomática, aunque últimamente se viene adoptando para todas ellas una nueva denominación, la de ciencias instrumentales. Su valor, además, ha venido a cobrar en las últimas décadas un nuevo auge por la dedicación a ella de muchos historiadores tradicionalmente ajenos a su estudio. Todo ello ha conducido a una cierta renovación, tanto en sus objetivos como en su metodología, lo que ha llevado a la historiografía a plantearse su nuevo posicionamiento en el contexto de las tendencias más novedosas de la investigación histórica.
La Importancia de la Genealogía: La genealogía es una disciplina que se enfoca en el estudio y la investigación de la ascendencia y la descendencia de individuos, familias y grupos sociales a lo largo del tiempo. Esta práctica ha existido desde tiempos inmemoriales y ha desempeñado un papel crucial en diversas culturas y sociedades. A través del seguimiento y la documentación de antepasados, la genealogía ofrece una manera única de comprender la historia, la identidad personal y colectiva, así como las conexiones humanas a lo largo de las generaciones. Uno de los aspectos más fascinantes de la genealogía es su capacidad para revelar historias familiares desconocidas, conexiones sorprendentes y tradiciones perdidas. Al explorar los registros históricos, como certificados de nacimiento, matrimonio y defunción, censos antiguos, testamentos, registros parroquiales y otros documentos, los genealogistas pueden reconstruir con precisión la historia de sus ancestros y descubrir aspectos inesperados de sus vidas y legados. Además, la genealogía puede tener un impacto significativo en la identidad y la autoconciencia de las personas. Al conocer y honrar a sus antepasados, las personas pueden sentir un sentido de pertenencia y continuidad con el pasado, lo que les brinda una perspectiva más profunda sobre quiénes son y de dónde vienen. Este conocimiento histórico y cultural puede fortalecer la autoestima, fomentar el orgullo de la herencia familiar y promover una mayor apreciación por las experiencias y sacrificios de generaciones pasadas. Además de sus beneficios personales y emocionales, la genealogía también juega un papel importante en la preservación de la historia y la cultura. Al documentar y compartir las historias familiares, los genealogistas contribuyen a la conservación del patrimonio cultural y al enriquecimiento de la memoria colectiva. La genealogía no solo impulsa la investigación académica y la genealogía genética, sino que también despierta el interés público por la historia local, la genealogía comunitaria y la preservación de archivos históricos. En resumen, la genealogía es mucho más que una simple búsqueda de nombres y fechas; es un viaje profundo y significativo hacia el pasado que nos permite conectar con nuestras raíces, comprender nuestra identidad y preservar la memoria de aquellos que vinieron antes que nosotros. A través de la genealogía, podemos honrar y celebrar la diversidad y la riqueza de nuestras herencias familiares, trazar conexiones intergeneracionales y forjar una mayor comprensión y aprecio por la compleja red de la humanidad a lo largo del tiempo. 


La Investigación

Un trabajo de muchos detalles.

Los documentos probatorios en una genealogía son fundamentalmente las partidas sacramentales de bautismo, matrimonio y defunción, teniendo en cuenta que los registros parroquiales fueron obligatorios desde el concilio de Trento (1563). Documentos fundamentales para una genealogía son también las certificaciones del registro civil.

Metodo Sosa -Stradonitz

Una forma de como organizar un árbol genealógico.


El método Sosa-Stradonitz es un sistema de numeración de los antepasados en una genealogía ascendente, que asigna el número 1 al individuo cuya genealogía se expone, el número 2 a su padre, el número 3 a su madre, y así sucesivamente, siguiendo la regla de que el padre de cualquier persona es el número del hijo multiplicado por 2 y su madre, el número de su padre más uno1( A cada hombre se le asigna un número doble del que lleva su hijo o hija (2n) y a cada mujer se le da un número doble del de su hijo o hija, más uno (2n + 1).). De este modo, cada generación tiene el doble de antepasados que la anterior, y el número de antepasados crece exponencialmente. Por ejemplo, la generación 49 tiene 2^49 antepasados, que es un número muy grande: 562.949.953.421.312.
Sin embargo, este número no refleja la realidad biológica, ya que no todos los antepasados son distintos entre sí. Es decir, existen casos de consanguinidad(Los casos de consanguinidad son aquellos en los que dos o más personas tienen un vínculo de parentesco de sangre, es decir, que comparten uno o más antepasados comunes. La consanguinidad se mide en grados, según el número de generaciones que separan a las personas. Por ejemplo, los padres y los hijos están en primer grado de consanguinidad, los hermanos y los abuelos en segundo grado, los tíos y los sobrinos en tercer grado, y así sucesivamente.
La consanguinidad puede tener implicaciones legales, sociales y biológicas. Por ejemplo, la ley prohíbe el matrimonio entre personas con cierto grado de consanguinidad, como los ascendientes y descendientes o los hermanos. También puede afectar a los derechos y deberes familiares, como la herencia, la patria potestad o los permisos laborales3. Además, la consanguinidad puede influir en la salud y la diversidad genética de la descendencia, ya que puede aumentar el riesgo de enfermedades hereditarias o reducir la adaptabilidad al medio ambiente.
La consanguinidad es diferente de la afinidad, que es el parentesco que se establece por el matrimonio o la unión legal entre dos personas. La afinidad se basa en un vínculo jurídico, no sanguíneo, y se mide según los grados de consanguinidad del cónyuge. Por ejemplo, el suegro está en primer grado de afinidad con el yerno o la nuera, el cuñado está en segundo grado de afinidad con el hermano o la hermana del cónyuge, y así sucesivamente.) o endogamia(La endogamia es el matrimonio, unión o reproducción entre individuos de ascendencia común; es decir, de una misma familia, linaje o grupo (religioso, étnico, geográfico). En biología, la endogamia se refiere al cruce entre individuos de una misma especie dentro de una población aislada tanto geográfica, como genéticamente. En genética, la endogamia es el producto de la reproducción de un acoplamiento de padres que están estrechamente relacionados genéticamente.
La endogamia puede tener diferentes consecuencias en la salud y la diversidad de los descendientes. Por un lado, puede aumentar la homocigosis, lo que puede incrementar las posibilidades de que la descendencia sea afectada por rasgos recesivos o deterioros genéticos. Por otro lado, puede reducir la variabilidad genética y la adaptabilidad de la población a los cambios ambientales.
La endogamia es lo opuesto a la exogamia, que es la unión o reproducción de personas de distintas ascendencias, grupos sociales, étnicos, religiosos o geográficos. La exogamia produce una descendencia más heterogénea y rica desde el punto de vista genético.
La endogamia ha sido practicada por algunas familias reales, como la dinastía española de Habsburgo, que tuvo varios matrimonios consanguíneos durante seis siglos de poder. Esto provocó problemas físicos y reproductivos en sus descendientes, como el caso de Carlos II de España. La endogamia también se da en algunos animales y plantas, que se reproducen por autopolinización o por cruzamientos entre individuos cercanos), en los que dos o más antepasados comparten un ancestro común. Por ejemplo, si dos primos se casan y tienen hijos, estos tendrán algunos antepasados repetidos en su genealogía. Esto hace que el número real de antepasados sea menor que el teórico.
Además, hay que tener en cuenta que la población humana no ha sido constante a lo largo de la historia, sino que ha variado según las condiciones ambientales, sociales y culturales. Según algunos estudios, la población humana actual desciende de un grupo relativamente pequeño de individuos que vivieron hace unos 200.000 años en África. Estos individuos son los ancestros comunes más recientes de todos los humanos actuales. Por lo tanto, el número de antepasados distintos que tenemos no puede ser mayor que el número de individuos que han existido desde entonces.
En conclusión, el método Sosa-Stradonitz es útil para ordenar y clasificar los antepasados en una genealogía ascendente, pero no para calcular el número real de antepasados que tenemos. Para ello, hay que considerar los factores biológicos, históricos y geográficos que influyen en la diversidad genética humana.

 La genealogía y el ADN se complementan de varias formas, según el tipo de prueba genética que se realice y el objetivo que se persiga. Aquí hay un resumen de las principales aplicaciones de la genealogía genética:

El cromosoma Y se transmite de padre a hijo varón, siguiendo la misma línea que el apellido paterno. Por lo tanto, se puede usar para confirmar o descartar el origen común de dos personas con el mismo apellido, o para averiguar a qué grupo genético humano pertenecen sus antepasados paternos.
El ADN mitocondrial (ADNmt) se transmite de madre a hijo, tanto varones como mujeres, siguiendo.
En general, se pueden obtener las siguientes estimaciones:
Con el cromosoma Y, se puede rastrear la línea paterna directa hasta unos 25 generaciones atrás, es decir, unos 600 años.
Con el ADN mitocondrial, se puede rastrear la línea materna directa hasta unas 22 generaciones atrás, es decir, unos 550 años.
Con el ADN autosómico, se puede estimar el grado de parentesco con los antepasados hasta unas 10 generaciones atrás, es decir, unos 250 años. Sin embargo, el ADN autosómico se recombina en cada generación, por lo que la cantidad de ADN que se hereda de un antepasado específico disminuye con el tiempo. Por ejemplo, se hereda aproximadamente el 50% del ADN de cada padre, el 25% de cada abuelo, el 12.5% de cada bisabuelo, y así sucesivamente. Después de unas 5 o 6 generaciones, es posible que no se herede ningún ADN de algunos antepasados.
Estas son solo aproximaciones basadas en la media, ya que el ADN que se hereda de los antepasados puede variar según el azar y otros factores. Además, la genealogía genética no puede reemplazar a la genealogía documental, sino que debe complementarla con otras fuentes de información. a línea materna directa. Se puede usar para conocer el origen geográfico y étnico de los antepasados maternos, o para encontrar coincidencias con otras personas que comparten el mismo ADNmt.
El ADN autosómico se transmite de ambos padres a sus hijos, pero se recombina en cada generación, por lo que solo se conserva una parte de cada antepasado. Se puede usar para estimar el grado de parentesco entre dos personas, o para obtener una estimación de la procedencia étnica de los antepasados basada en la comparación con poblaciones de referencia.
Estos son los tipos de pruebas de ADN más utilizados en la genealogía, pero hay otros más específicos, como el ADN-X o el ADN-Y-STR, que pueden servir para resolver casos particulares. La genealogía genética puede ayudar a revelar la ascendencia y las relaciones familiares de una persona, pero también puede presentar sorpresas o contradicciones con la genealogía documental. Por eso, es importante tener una mente abierta y contrastar los resultados con otras fuentes de información.
En teoría, si se pudiera obtener el ADN de un ancestro paterno de hace 25 generaciones, se podría comparar con el de otros descendientes de esa misma línea paterna, y así reconstruir el árbol genealógico hasta 25 generaciones más atrás. Esto supone que se conozca la identidad del ancestro y que se tenga acceso a sus registros genealógicos, así como a los de sus posibles parientes.
Sin embargo, en la práctica, esto es muy difícil de lograr, por varias razones:
La conservación del ADN de los antepasados depende de las condiciones ambientales, como la temperatura, la humedad, la luz, el oxígeno, los microorganismos, etc. El ADN se degrada con el tiempo, y puede ser contaminado o dañado por agentes externos.
La obtención del ADN de los antepasados requiere el permiso y la colaboración de las instituciones o los individuos que custodian las muestras, como los museos, las iglesias, los cementerios, los familiares, etc. Esto puede implicar cuestiones legales, éticas, religiosas, culturales, etc.
La comparación del ADN de los antepasados con el de otros descendientes requiere la existencia y el acceso a bases de datos genealógicas que contengan información sobre el cromosoma Y de las personas que comparten el mismo apellido o el mismo origen geográfico. Estas bases de datos pueden ser limitadas, incompletas, inexactas o privadas.
La resolución y la precisión de las pruebas genéticas dependen del tipo y el número de marcadores que se analicen en el cromosoma Y. Cuantos más marcadores se analicen, mayor será la capacidad de distinguir entre individuos y familias, pero también mayor será el costo y la complejidad del análisis.
Por lo tanto, la respuesta corta es que, en la actualidad, es muy improbable que se pueda rastrear la línea paterna directa hasta 50 generaciones atrás, es decir, unos 1200 años, solo con el ADN del cromosoma Y. Sin embargo, la ciencia y la tecnología avanzan rápidamente, y quizás en el futuro se puedan superar algunos de estos obstáculos.

La onomástica

 La onomástica es la disciplina encargada del estudio de los nombres propios, centrándose de manera especial en los nombres de personas. Los apellidos surgieron en la sociedad romana como una necesidad creciente para distinguir claramente a los ciudadanos entre sí. En tiempos de Roma, el equivalente más cercano al apellido actual era el "Nomen gentilicium," un nombre hereditario utilizado por los habitantes de la Italia romana, así como por los ciudadanos de la República y el Imperio Romano. Inicialmente, este nombre representaba la gens (familia o clan) de manera patrilineal. Sin embargo, a medida que Roma se expandía y confería ciudadanía a pueblos no romanos, este nombre perdió su función de indicar ascendencia patrilineal. El concepto de apellido tal como lo conocemos hoy en día tomó casi 19 siglos en consolidarse. El repertorio onomástico tradicional de España se ha nutrido principalmente de tres fuentes: la latina, heredada de los hispanorromanos; la germánica, específicamente de la onomástica visigoda; y la judía, particularmente la bíblica, que se ha integrado a través de las devociones religiosas. A estas se añaden algunos nombres de origen griego como Gregorio, Atanasio y Basilio, aunque no alcanzaron la misma popularidad. Por otro lado, la onomástica musulmana, a excepción de la utilizada por los mozárabes medievales, no ha tenido relevancia entre los cristianos y no ha perdurado hasta la modernidad.Un apellido refleja la afiliación a una familia, linaje o pueblo, y originalmente se formaba añadiendo un prefijo o sufijo al nombre del padre. Los primeros apellidos eran principalmente patronímicos, derivados directamente del nombre propio. Posteriormente, se agregaron elementos toponímicos para indicar el lugar de origen familiar.

 Estos apellidos se pueden clasificar en tres grupos principales según su origen: 1. Patronímicos: Se forman a partir del nombre, pudiendo incluir o no un toponímico. 2. Toponímicos: Indican la procedencia geográfica de la familia. 3. Apellidos basados en oficios, apodos, características físicas o anécdotas de antiguos miembros de la familia. Además, existen numerosos apellidos creados en siglos pasados en instituciones como las inclusas, donde muchos niños recibían nombres relacionados con la parroquia local, la ubicación del centro u otros benefactores. También es importante mencionar que los esclavos a menudo adoptaban los apellidos de sus amos como parte de su identidad.Durante los primeros siglos de la Reconquista, los datos son escasos, pero se pueden extraer dos conclusiones: en los albores del Reino Asturiano no existían apellidos como tales, y había un marcado contraste entre los nombres de la plebe y los de la nobleza. La gente común en León, Castilla y Portugal llevaba nombres latinos como Cayo, Mario, Antonino, Honorio y Juliano para los hombres, o Aurea, Marcela, Marina, Julia y Faustina para las mujeres. En contraste, la realeza y los nobles preferían nombres germánicos como Nuño, Gutierre, Rodrigo, Alfonso, Ramiro, Gonzalo, Hermenegildo para los hombres, y Gontrodo, Froiliuba, Hermesenda, Adosinda, Elvira y Leodegundia para las mujeres. En la Marca Hispánica, actual Cataluña, se observa un patrón similar con una mayor influencia franca, adoptando nombres como Guillén, Ramón, Arnau, y la versión catalana de Hermenegildo, Armengol.En el primitivo Reino de Pamplona y en el área aragonesa del Pirineo, emergen nombres distintivos, no germánicos, con raíces indudablemente eusquéricas o latinizadas, como Sancho, Galindo, García, Iñigo, Fortún, Velasco, Lope, Aznar, Jimeno y Diego para los hombres, y Urraca, Oneca, Mencía, Velasquita, Sancha y Jimena para las mujeres.Con el paso de los siglos, esta diversidad onomástica se fue fusionando hasta tal punto que, en la Baja Edad Media, ya no era posible determinar el origen geográfico de una persona por su nombre.Los patronímicos actuales, reflejo de los nombres de pila de los siglos XIV y XV, se basan en los nombres godos o vascos originales, como Fernández, Gutiérrez, Álvarez, Ramírez, González, Muñoz, Sánchez, López, García y Díaz. A estos se suman algunos patronímicos derivados de santos muy venerados en la Edad Media, como Domingo, Pedro, Juan, Martín y Bernardo, completando así la lista de apellidos patronímicos de los reinos occidentales de Castilla, León, Galicia y Portugal.

Ubicados

Nuestra sede esta en Miami, Florida. Pero todos los miembros de la Academia estan mayormente en Venezuela.

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